Llevas años cumpliendo condena por un crimen que no cometiste, y tu compañero de celda no deja de repetirte que deberíais fugaros.
Una mañana, te despiertas solo y ves una nota en la litera donde debería haber otra persona:
“Cuando leas esta nota ya estaré disfrutando de la libertad. Si quieres hacer lo mismo, deberás ganártelo superando las pruebas que te he dejado. Ellas te irán mostrando el camino al exterior”
No te lo piensas dos veces y comienzas el reto